Los Abuelos en 1915
back to main menu....
Al otro día la
niña Elisa amaneció enferma, gravísima del estomago, doña Hermilda corría como
gallina apresurada por toda la casa despertando a todo el mundo...
“rápido a empacar todas que nos vamos para la casa...
rápido despierten... todos”...
...en Manizales había comprado una casa grande don
Carlos en el parque de Los Fundadores, era de color rojo, alta, de un piso, y
el techo en teja... las que empacaban su maletín de viaje eran Elena, Matilde,
Lucia, Elisa y Lucrecia... de los varones que viajarían a Manizales con ellas
estaban Álvaro, José y Ángel... Lucia era la única que no había despertado del
todo, refunfuñaba desde la cama entre dormida y despierta... “ eééé, porque no
dejan la bullaranga no se puede dormir”... repentinamente volvió a escuchar la
voz de su mama y recordó inmediatamente la escena en el camino hacia La Elvira
del otro día, y de un brinco se incorporo en la cama... empezó a caminar en
círculos entre la cama y el corredor de la casa, afuera el sol matutino ya
destilaba rayos de luz a través de la cordillera caldénse... Lucia seguía
escuchando las voces de sus hermanas, unas se preguntaban en qué seria lo que
le podía pasar a Elisa si ayer estaba bien... Lucia ensimismada en sus propios
pensamientos de culpa, pensaba que era la culpable... “¿Será que Elisa se va a
morir?"... –pensaba... es toda mi culpa por mentir ayer a mi papá... ¿cierto, cierto?”... seguía caminando...
salto sobre su cama Lucrecia mirándola con ojos de mil preguntas... Lucia
apenas la miro, en eso doña Hermilda les recordaba que se iban para Manizales
que se apuraran que tenían que empacar... las muchachas del servicio corrían
por todos lados ayudándole a las niñas... luego de una eternidad -para doña
Hermilda, estaban todas vestidas y arregladas al final del corredor de la casa
de arriba, y con sus maletas de cuero fino a sus lados, las mujeres usando
vestidos largos blancos pavonados con faldas glamorosas y llenos de bordados en
los pliegues de las faldas, sombreros de plumas unas y otros tipos de sombreros
de esos que usaban las abuelas en los años 20’,detrás de ellas los baúles de
ropa que trajeron... todas esperaban, a sus lados las muchas de servicio
también estaban listas arregladas, ellas viajaban con las niñas siempre...
mientras don Carlos daba ordenes al negro Zapata sobre la recogida del café de
la otra semana y los peones se empujaban unos a otros entre diferentes
funciones mientras ensillaban los caballos... era un sábado, habían llegado el
día anterior y don Carlos no iría a Manizales, ellas viajarían solas con doña
Hermilda, don Carlos tenia que presentarse en la Alcaldía de Belén de Umbría el
lunes temprano a encontrarse con el Señor Santamaría y además para aclarar unos
asuntos de café con Jesús Montoya en la Agencia de Café que este manejaba.
Las mujeres montaron en sus
caballos, la escena era maravillosa... cuatro de las cinco hijas con sus pelos
brillantes al aire mientras los caballos al galope lento cuesta arriba, el sol
reblandecía y se encargaba de darle el tono de película color sepia a la
escena. A Elisa la llevaban recostada sobre una camilla provisional tipo
carretilla halada por un peón a caballo y otros dos peones atrás sosteniendo la
camita provisional... el negro Zapata iba al frente de esta procesión
corriendo, como asegurándose de que todos los detalles del viaje estuvieran
funcionando bien y en la parte posterior las mulas halaban la carretilla que
llevaba los baúles de ropa y a las muchachas que les servían. Doña Hermilda
iba al frente de la cabalgata... sentada en su corcel negro, una yegua
fina española que Jesús Montoya le había ayudado a conseguir a don Carlos el
año pasado durante las ferias decembrinas en Belén de Umbría. Se llamaba
“martica”, doña Hermilda le había puesto ese nombre en recuerdo de otra yegua
que había tenido en el pasado y que había muerto por allá en las alturas de “El
Gólgota” acarreando madera en sus últimos días. Varias de las mujeres Vélez
tenían por costumbre seguir dándole el mismo nombre a sus animales y bestias
cuando ellos eran suplantados por otro en su ausencia.
Cuarenta
y cinco minutos mas tarde llegaron a la carretera que iba a Belén de Umbría,
allá les esperaba Jesús Montoya y Gabriela que tenían un bus en los que todos
irían hacia Manizales, Gabriela le había pedido a Jesús que quería estar con su
mama y hermanas en Manizales durante la delicadeza de su hermana Elisa, a esto
no se había opuesto don Jesús Montoya, además la otra semana estaría bastante
ocupado arreglando unos asuntos de suma importancia con don Carlos.
Mi abuelo cambió la Finca de Bélgica por tres fincas cafeteras y El
Gólgota que era una finca en las altas cumbres de la cordillera que producía
maderas finas de donde don Carlos saco material para construir la imponente y
hermosa casa esquinera color verde de Anserma que aun hoy en día conserva la
misma majestuosidad... en esta casa
habían nacido todos los hijos de Don Carlos y doña Hermilda, increíblemente esta
casa la había entregado mi abuelo también como parte de pago en el negocio para
hacerse a la hacienda de Bélgica. Vivieron en Bélgica 2 años largos antes de
comprar casa en Manizales, habían pensado instalarse en Bélgica solo por un
año... fue una decisión que don Carlos, mi abuelo toma aquella noche de lluvia
a finales de eso del año de 1939 en Anserma, cuando llamo a todos sus hijos a
reunirse en la larga mesa de madera del comedor para informarles sobre la
decisión que iría a tomar al otro día al negociar la hacienda cafetera de
“Bélgica”... decidieron que vivirían solo un año hasta que se repusiera
económicamente, pero como la había adquirido en compañía de los Salazares, el
quería pagarles la parte de ellos con el producido de Bélgica... le tomo mas de
un año hasta que económicamente pudiera cancelarle a sus socios y además para
poder tener fondos para adquirir una casa en Manizales donde se irían a vivir
mas tarde. A todos les gusto bastante el vivir en Bélgica... además la
situación económica de la familia Vélez estaba apretada después de la
transacción y tenían que estar en Bélgica hasta que pudiera con el producido
del café, el ganado y la panela pagar la deuda y sostenerse sola... solo Elena
se queda interna en Anserma en el colegio del Sagrado Corazón de Jesús de las
monjas Betlehemitas para terminar el bachillerato en comercio. Solo ella termina estudios. En Bélgica se molía caña
diario para hacer panela. El ganado producía leche y carne y el café era la principal
fuente de ingreso. Habían también un gallinero, patos y piscos y algunas
gallinas sueltas por la parte de atrás de la casa... mulas, caballos, gatos y
perros. Había dos padrones, uno era “Felipillo” de don Carlos y varias yeguas,
Luis Carlos era el encargado de que el establo marchara correctamente. Existía
un lugar que le decían la playita, era una manga suave y grande donde iban
muchas veces a jugar los niños y don
Carlos y doña Hermilda a caminar y a sentarsen a ver el paisaje. Antes de la
playita para llegar a ella había que pasar cerca de una inmensa plantación de
guaduales, que daban cara a la pesebrera. Al frente de la casa a mano izquierda
quedaba un jardín de flores que Alfonso cuidaba un poco, y a la derecha una
arboleda grande con árboles de mango, zapote, naranjos, un aguacate, papayas,
cítricos, ciruelos, guamas, árbol del pan, un bosque de mango macho y los
platanales. Al frente de la arboleda había una cerca que no dejaba que el
ganado pasara a este lado de la finca. Arriba de las casas yendo hacia la carretera quedaba una casa de
intercambio donde Jesús Montoya guardaba mercancía y café, que se llamaba “La
Elvira”, punto de cambio de bestias
cuando llegaba la familia para ir o venir del pueblo. En la casa secundaria, la
que llamaban “la casa de abajo”, o sea la casa enseguida de la casa principal,
estaba la maquinaria... se encontraba un trapiche, la planta eléctrica, pailas,
moldes, la pelton. De los cafetales llegaba el “rumbon” al sótano de la casa
principal que fue un sistema de canales que caían desde la cordillera hasta la
parte baja de la casa principal transportando el café, este diseño y como el
del acueducto y los canales de transporte de agua en madera desde el tanque de
agua hasta la rueda de pelton y a la planta eléctrica habían sido diseñados por
la mente activa de don Carlos... también se encontraban en el proceso de café,
los recolectores, las tolvas de secado y lavado, las despulpadoras, el tambor
de secado, la Guardiola, los silos de intercambio, las camillas de secado
manual, las correas de transporte, etc. El gallinero producía huevos y carne.
había un laguito cerca de la casa donde bañaban los patos, cerca de un árbol
donde se sentaban a veces las mujeres a leer.
En la mañana del otro día después de que se fue la
comitiva con Hermilda hacia Manizales, don Carlos salió con Jesús Zapata hasta
la Elvira para verse con Jesús Montoya... el sol alumbraba en el horizonte
matutino con ganas de romper las ganas de llover que tenían las nubes... las
aves cantaban en su acostumbrado quehacer de buscar comida y alimentar poyuelos
todo el día... las gallinas se escuchaban cacarear a la distancia... se preparaba a salir en su caballo padrón
“Felipillo” -un imponente caballo árabe
semental de la hacienda, que don Carlos había adquirido junto con la
negociación de Bélgica, la pesebrera se encontraba ese día llena, la familia se
había ido para Manizales y toda la caballeriza estaba en concierto de
relinches... los peones alimentaban las bestias a esa hora de la mañana... don
Carlos se monto en Felipillo de un solo tiro, su experiencia de los años como
jinete mientras trabajo con los Salazares, lo había vuelto un experto y
esperaba que todos sus hijos lo fueran también. Les había conseguido en
Manizales a las mujeres unos uniformes de montar que se distinguía por su pantalón
bombacho, que usaban ellas para eventos especiales de ferias en Belén de Umbría
o para cuando salían las mayores a cabalgar con las hijas de los Santamaría,
las Arango, las Branch y las Velásquez. – Jesús Montoya ya lo estaba esperando
listo y ensillado en La Elvira, él conocía el genio del suegro en como se
encendía si alguien le llegaba tarde a sus citas, don Carlos cómo un caballero
que se respetaba era muy puntual y correcto en sus citas y negocios. Aquella
mañana la sonrisa de Jesús Montoya era amplia, él atendía muy bien a don Carlos
su suegro... a veces jugaba parques con él, doña Hermilda y Gabriela su esposa.
Él representaba a la American Coffe Corporation en Colombia y sabia que aquella
mañana podría hacerse a la multi-productora de
café más grande de todo el país para beneficio de su agencia de café en
Belén de Umbría... se dieron la mano y mi abuelo se veía un poco cansado, su
mirada estaba perdida en el horizonte mientras cabalgaban hacia el pueblo, ese
día no había querido ir al pueblo en el jeep de la agencia cafetera, quería
percibir el aire de la mañana, sentirlo en sus pulmones para aligerar los
pensamientos que le entristecían la mente. La semana pasada Ángel su hijo,
había sacado de la hacienda a Eduardo su hijo mayor... nunca se pudieron
entender los hombres que trabajaban en la hacienda con Eduardo el hijo mayor de
su primer matrimonio con Genoveva García... no pudo hacer que su hijos se
entendieran entre ellos para poder manejar la hacienda y poder repartirles y
dejarles una buena herencia... luego de una larga cabalgata entre silencios y
abrumadores pensamientos, llegaron al café de la esquina en la plaza de Belén
de Umbría donde siempre se sentaban a hablar de negocios, mientras la música de
los derredores les llegaban levemente, la señora algo trasnochada pero bien
pintada la cara les traía café... don Carlos fue muy amable, le pidió un tinto,
tomaron tinto mientras hablaban de Manizales y de cómo se pudo haber enfermado
así de repente Elisa... luego don Carlos mostró en su mirada un cansancio
senil... tenia que salir de su hacienda que tanto amaba, producto del trabajo
de toda su vida y esfuerzo... ya había tratado de venderla pero por el tamaño y
el costo representativo, no aparecía fácilmente comprador...
-“ Vos me das lo que podas Jesús y el resto del valor
lo acordamos a 20 años... medito un momento... ¿te parece bien?”
-“Estoy de acuerdo don Carlos... yo quisiera... como
le digo... que no dejaran de ir a la casa de Bélgica del todo, usted y toda su
familia son bienvenidos y pueden seguir viniendo a ella cuando les plazca, yo
tengo casa acá en Belén con Gabi, Uds.
pueden usar la casa como han venido haciéndolo... ¿me comprende don
Carlos?“... el abuelo no dijo nada al
principio, era muy amable Jesús de su parte, el siempre había sido una gran
persona... pero para el abuelo, los planes cuando compro a Bélgica, era poder
dejarle una buena herencia a sus hijos y sobre todo a los hombres que tuvieran
una fuente de trabajo... solo un... “gracias” frió le salió del alma cuando termino
de cavilar.
-
toda la vida el buen
corazón de don Carlos se había demostrado cuando invitaba en las navidades a
los ancianos pobres de la ciudad en Anserma para compartir la cena con buñuelos
y natilla, lo mismo de la forma amplia como quería y trataba a sus empleados y
agregados que vivían en la finca... recuerdo que me contaron que tenia una
costumbre en Bélgica que era de cobrarle a los transeúntes caballistas y mulas
que querían acortar camino para ir al pueblo a través de la hacienda, una tarifa
pequeña no costosa y usaba este peaje para obras de caridad o para el corazón
de Jesús... pero esto no le podía restar a su carácter severo... con sus hijos
cuando se refería al trabajo en la hacienda, aunque tenia una debilidad por su
hijo Eduardo que quería muchísimo y compartía mucho con sus hijas Inés y Amanda
del primer matrimonio con doña Genoveva.
Esta diferencia no le ayudo a lograr una
armonía entre los hijos de los dos matrimonios... además la forma de ser de sus
hijos mayores, tan independiente y tan alejados los unos de los otros, no
ayudaba a crear una unión... estos quedaron muy resentidos en una forma u otra,
cuando se negocio Bélgica, parecía que tenían una gran esperanza en que ésta
iría a ser su forma de sustento y trabajo en el futuro... Alfonso, Luis Carlos
y Ángel... fueron los que mas tiempo y sudor le entregaron a su padre en las
labores de la hacienda.
Cuando Bélgica cambio de manos, Alfonso se fue a trabajar en Armenia a
una finca de un amigo... Jesús Montoya después de aprovecharla, le ofreció
compra “el ciego” Gómez Arrubla de Manizales y le pago el doble de lo que le
costo, así le pudo pagar a Don Carlos inmediatamente lo adeudado. El ciego
tenia otros planes en la hacienda; siendo este señor un jugador, mujeriego y
tomador -decían, además de ciego se había educado en los Estados Unidos.
Atendía sus negocios desde las 7am... tardo en recorrer Bélgica 8 días a
caballo antes de comprarla... pero como tenia otros planes, fuera de haber
matado los perros que había en la finca, dicen que los colgó de un árbol y zaz,
les cortaba la cabeza. Él aseguro la maquinaria y para poder cobrar el valor
del seguro, dicen que le prendió candela. Y se fue a su finca “Villa Maria”, la
casa de Bélgica se salvo del incendio. La compañía de seguros realizo las
investigaciones respectivas y cuando descubrió que el fuego fue inducido, le
iban a dar boleta de captura para encarcelarlo... el ciego al darse cuenta que
lo iban a encarcelar, en una borrachera se pego un tiro.
El negro Zapata se quedo trabajando en Bélgica cuando la adquirió el
ciego Gómez, de él se conoce las cosas tristes que pasaron... iba a veces a
Manizales y les contaba a las niñas Vélez lo que sucedía en la hacienda... fue
una noche de lluvia en Manizales cuando llego el negro Zapata a tocar en la
puerta de la casa de don Carlos, lo hicieron pasar y se sentaron en una mesa
redonda grande, todos alrededor de ella... solo lloraban la mujeres de las
maldades hechas a la casa de Bélgica y la hacienda en general. Esa noche se le
vio a don Carlos llorar.
Para
irse a Manizales, fue un camión hasta la Elvira para recoger las cosas, ellos
trataban de llevarse en una ultima mirada todas las anécdotas, recuerdos y
experiencias que habían vivido, las muchachas del servicio no pararon de llorar
todo el día... se despedían de las esposas de los agregados, el futuro de los
que quedaban trabajando en Bélgica era incierto, mi abuelo con sus hijas se iría para
Manizales... luego vino Manrique...
Boston...
back to main menu....
Labels: alemania+grecia+colombia, ancestros+paisas+colombia, Angel, Hohenstauffen, los abuelos, Velez
0 Comments:
Post a Comment
<< Home